Tragicomedia de la agonica modernidad

sábado, mayo 26, 2007

Sacrificios

Del latín sacrificium, sacrum facere (hacer sagrado), significa servir a Dios, ofrecer algo sagrado, donde se entiende según wikipedia como una manifestación externa que quiere alcanzar la comunión con lo venerado, señal de homenaje, acto de abnegación inspirado por amor, según la real academia, al fin y al cabo es entregar algo valioso, como se lee en la biblia cuando Dios le pidió a Abraham su primer hijo.

Muchos padres, madres hacen sacrificios por sus hijos, muchos lo hacen por sus parejas, muchos por sus padres y otros por alguien que quieren sin siquiera confesarlo. Es cierto que cuando uno hace algo por alguien, tiene más valor cuando se hace sin siquiera decirlo, no sé, como que le da un sentido más noble. Así recuerdo la película alemana "La vida de los otros", donde el chico que espiaba (spoiler) al final termina sintiendo afecto por su "victima" y empatía con sus ideas, ayudándolo en cierta forma a escapar y a ocultar los documentos que lo incriminaban, ayudó a su mujer a volver y al final queda como que no hizo bien su trabajo y lo degradan al peor trabajo posible, revisando correspondencia. Era una persona de una calma embriagadora, y nunca se acercó siquiera al poeta para decirle que lo había ayudado. Claro que como buena película, al final el poeta descubre que si había sido vigilado, encuentra los micrófonos y todo, busca en los archivos y encuentra el nombre de su espía, y se da cuenta de que el hombre en sus registros lo había ayudado cambiando lo que había en verdad sucedido, con lo cual, en su próximo libro, sólo escribe en una dedicatoria unas gracias al apodo que tenía este espía. Nada más simple que un pequeño detalle, para cambiar la vida de un hombre, donde las palabras sobran, donde en cierta medida, mentir es un acto noble.

Hay sacrificios que están bien hechos, y muchos que no, porque en parte hay que conocer al otro, pero bueno, algunos dicen que la intención es lo que vale ;)

Si al final no hay bueno o malo, los colores vienen dados por nuestros propios prismas y hay gente un poco más discreta como yo y personas más continuas que nunca convergen... hablando de la parábola de Aquiles y la tortuga, dada por Zenón, donde vemos que si fuera cierto la persona más rápida no alcanzaría al animal "más" lento, pero al final la práctica no es así, tan sólo porque la suma de infinitos terminos puede llegar a tener un número finito de términos.

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